miércoles, 14 de diciembre de 2011

Le Scaphandre et le Papillon

Ayer escuchaba en el radio la historia de Jean Bauby, que después de un derrame cerebral despertó dándose cuenta de que podía ver, oír y pensar perfectamente, pero no podía mover un solo músculo fuera de su párpado izquierdo. En esas condiciones escribió un libro que lleva más de un millón de copias vendidas y una película. 2 Días después de publicar ese libro, Bauby murió de un problema respiratorio.
Puede sonar a anécdota mañanera de Toño Esquinca, sin embargo lo escuche en 107.9, y además ese no es el punto. El chiste es que a veces esas cosas pasan. La vida de repente da un vuelco. Estemos preparados o no, lo importante es tomar esos cambios a favor. Aun mas importante, es reconocer un agente de cambio como tal, y no dejarlo como un hecho aislado.
Si tenemos vidas sencillas: sin guerras, sin pobreza extrema, sin enemigos mortales, sin una causa por la que dar la vida; creo que es posible inventar nuestros propios agentes de cambio, los motores de una existencia con significado.
Dudo que vaya a venir otro Hitler a llenar la vacante de super villano, y que gracias a eso tengamos un papel que jugar. Prefiero pensar que la vida nos da avisos, casi siempre sutiles, invitándonos a hacer algo por nosotros. Incluso si decidimos no hacer nada y tan solo vivir sin demasiados sobresaltos, puede que el momento de la muerte sea aquello por lo que seamos recordados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario